La intuición, según Jung

“La intuición es la inteligencia del inconsciente.” Carl Jung.

Para Jung, la intuición era una función mental muy importante que nos podía ayudar a las personas a comprender el mundo y a nosotras mismas de una manera más profunda y significativa.

Carl Jung, psiquiatra y psicólogo suizo, habló mucho sobre la intuición en su trabajo. Él creía que la intuición es una función mental que nos permite captar información de manera inconsciente. 

La definía como “una percepción inconsciente que penetra el objeto, sin analizarlo ni racionalizarlo”. Según Jung, la intuición es una forma de conocimiento que no está basada en la razón o la lógica, sino en la experiencia y la percepción directa.

Además, nos enseñó que la intuición era indispensable en el proceso de individuación, que es el proceso de desarrollo personal y espiritual que nos lleva a la realización del ser interior. 

Decía que al desarrollar la intuición, las personas podríamos conectarnos con nuestro YO interior y con la sabiduría universal que existe en el inconsciente colectivo.

La mente absorbente

Cuando María Montessori observó a los niños, vio un milagro. Vio la construcción de la personalidad humana; ella vio la formación de la persona. ¿Qué está sucediendo dentro del ser humano desde el momento de su nacimiento? ¿Cómo este bebé recién nacido, incapaz de moverse y hablar, se convierte en un niño y luego en un adulto? ¿Cómo se vuelve fuerte, hablador, juguetón e independiente? 

Los cambios físicos son evidentes: la cabeza, el cabello y los dientes, su cuerpo cambia, etc. Pero ¿qué está pasando en su psique? ¿Quién le enseña a hablar, a moverse y a coordinar sus movimientos? La respuesta es nadie. Lo hace por sí mismo. 

Después de muchas observaciones, María Montessori concluyó que algo debe existir dentro de la psique de los pequeños: una fuerza, energía o sensibilidad misteriosa que les permita convertirse en individuos, convertirse en su propio creador sin aparentemente hacer nada. María Montessori observó que no es el adulto quien le enseña al infante, es el infante el que adquiere conocimientos simplemente viviendo. 

Cuando nace el bebé, no hereda las características de su especie. A través de sus experiencias en su entorno, creará el ser en el que se convertirá. Aprende y se desarrolla “absorbiendo” su ambiente. Aprende y se desarrolla a través de sus experiencias mientras observa, escucha, toca, huele, prueba y se mueve. Todas sus experiencias se absorben en su totalidad sin discernimiento. Formarán parte de su ser y de su vida adulta, los “encarna” y le ayudarán a formar parte de su cultura y su comunidad. 

Esta poderosa capacidad creativa es común en todos los infantes, de todas partes del mundo, y María Montessori la llamó la “mente absorbente”.

Memento mori, filosofía estoica

El estoicismo es una filosofía antigua que ha ganado muchos seguidores en la era actual. Una de las enseñanzas centrales del estoicismo es “Memento mori”, que significa “recuerda que morirás”. Esta es una idea cuya intención es recordarnos que la vida es efímera y que tarde o temprano llegará a su final. Por lo que nos recuerda la importancia de vivir cada día como si fuera el último.

Para los estoicos, la muerte no era algo a lo cual temer, sino simplemente una parte natural del ciclo de la vida, que de hecho ayuda a darle sentido a la vida misma.

En lugar de preocuparnos por el futuro o lamentarnos por el pasado, memento mori nos recuerda que hay que vivir en el presente y hacer lo mejor que podamos con el tiempo que tenemos. 

Esta idea puede ser especialmente poderosa cuando nos enfrentemos a momentos difíciles o inciertos.

En lugar de temer a la muerte, o generar un rechazo hacia ella, es mejor aceptarla como una parte natural de la vida. Así podremos ser conscientes del momento, de convivir verdaderamente con las personas que amamos, de aprovechar el tiempo que tenemos, de fluir con el presente y dejar ir el pasado.

La vida se sostiene con la muerte.